Calidad y cadenas de suministro


La nueva Normalidad
Consideraciones para las cadenas de suministro frente a COVID-19

ASQ. julio de 2020 Volumen 53 Edición 7 Páginas: pp. 14-19
Robinson, John. Universidad de Carolina del Norte, Wilmington, N.C.


INTRODUCCIÓN

Las implicaciones en torno a COVID-19 y las cadenas de suministro son de largo alcance y se sentirán en los próximos años.

A medida que las empresas y los fabricantes emerjan de la crisis de COVID-19, surgirán varias preguntas sobre la nueva normalidad. Es decir, cuando se reabran las fábricas cerradas, se reinician las operaciones y se reanudan las actividades regulares, ¿seguirá siendo imprescindible la calidad?

Hay tres herramientas de calidad heredadas que las organizaciones deben tener en cuenta que pueden tener un impacto positivo en la calidad de las cadenas de suministro en el futuro.

Cuando recordamos los últimos 100 años, especialmente los últimos 20, podemos ver eventos que causaron un tremendo cambio en las cadenas de suministro, incluso antes de que COVID-19 apareciera en el escenario mundial a principios de este año.

Parte de los cambios fueron deliberados, para facilitar los negocios y el comercio, como los Tratados de Libre Comercio. Otros eventos obligaron a las cadenas de suministro a ajustarse y adaptarse con poca o ninguna advertencia, como los atentados terroristas en medios de transporte, las crisis económicas mundiales, los ataques a buques de carga, las restricciones de materiales, los desastres naturales y los culpables virales siempre presentes, como el Ébola, el H1N1 y la gripe aviar.

Esto es solo el comienzo de una letanía de eventos, hechos por el hombre y naturales, que han interrumpido y afectado las cadenas de suministro en los últimos años.

Hoy, por supuesto, COVID-19 ha afectado de alguna manera la fuerza laboral mundial en los sectores manufacturero y no manufacturero. Prácticamente cada parte de la economía mundial se ha visto afectada de manera positiva y/o negativa, dependiendo de dónde se encontraba en un momento dado.

¿Cómo afectarán estos eventos a las cadenas de suministro ahora y en el futuro? Una cosa sobre las cadenas de suministro es segura: que nada es seguro. Existen y siempre habrá condiciones en constante evolución, positivas y negativas, que afectan la oferta y la demanda. COVID-19 es solo la última condición que no se predijo completamente y que las cadenas de suministro deben administrar.

No existe una solución única que cubra todos los escenarios. Claramente, las definiciones de lo que son servicios esenciales deberán revisarse. Una solución que ha sido tremendamente exitosa es la movilización de una fuerza laboral remota. Los cambios en la mentalidad en relación con los criterios para las decisiones de abastecimiento deben cambiar. Ha habido muchas selecciones de proveedores basadas únicamente en el costo más bajo. Sin embargo, hemos aprendido que las decisiones de menor costo deben dar paso al menor riesgo.


Impactos tempranos

Los efectos de COVID-19 sobre la oferta y la demanda, y la calidad resultante, se analizarán en los próximos años e impulsarán cambios en el mercado. Estos cambios podrían ser potencialmente grandes y su desarrollo llevará tiempo.

Hay una pregunta clave que debe responderse que generará el efecto a largo plazo: ¿Traemos el suministro offshore a tierra?. Construir completamente una cadena de suministro en tierra requerirá cambios que tardarán en desarrollarse.

Pero considere los efectos a corto plazo. A mediados de junio de 2020, 21 millones de personas en los Estados Unidos seguían sin trabajo. Muchas industrias (fabricantes de automóviles, aerolíneas, viajes) se ven afectadas de manera perjudicial, mientras que otras prosperan (tiendas de descuento y reparación, fabricantes de dispositivos médicos, fabricantes de medicamentos). 

Entonces, ¿cuáles son algunos de los desafíos que COVID-19 está generando en la cadena de suministro?
  • Tiempos de entrega más largos: muchos artículos, como equipos de protección personal y productos relacionados con la salud, tardan más en llegar a los usuarios, debido al  aumento en la demanda global más allá de las predicciones. Junto con esa demanda, ahora existe un enfoque especial en garantizar que los materiales y equipos provenientes de China y Europa cumplan los requisitos solicitados por los países importadores. Esto sucede también a escala local para otro tipo de bienes y servicios por motivos diferentes.
  • Escasez de productos: hemos experimentado una crisis casi mundial a medida que los consumidores luchan por quién obtiene el último paquete de papel higiénico, desinfectante para manos, toallitas desinfectantes y máscaras. La cuarentena ha impulsado el desempleo y tenido un efecto perjudicial en algunas áreas sobre los bienes que se fabrican y el suministro de bienes dichos en muchos mercados. Sin embargo, la cadena de suministro de alimentos y los proveedores de logística han demostrado un alto grado de respuesta proactiva a este gran desafío de entregar productos oportunamente, sin afectar la cadena de suministro. Sin poder anticipar una demanda inusualmente alta de productos básicos, los cambios en la distribución hacia el “delivery” permitieron a los transportistas permanecer en operación por más tiempo para satisfacer la demanda de transporte y de productos en las ciudades.

  • Ofertas de productos: muchos restaurantes han tenido que cambiar drásticamente sus modelos de negocios, y muchos ofrecen servicios en la acera para vender productos. Por ejemplo, algunos están vendiendo comidas congeladas preparadas a los clientes para recalentar otro día. Muchos servicios anteriores a COVID-19 que eran algo inexistentes o infrautilizados se han convertido en nuevas oportunidades para las mentes creativas que piensan de manera innovadora. El pago y la entrega "sin contacto" se han convertido ahora en parte del vocabulario habitual.

  • Fabricación reconfigurada y reinventada: algunos fabricantes de automóviles han cambiado temporalmente a producir ventiladores, mientras que otros fabricantes han girado a la fabricación de máscaras y batas. Algunos a escudos de seguridad de impresión 3D y otros elementos críticos. Los fabricantes están buscando formas poco convencionales de satisfacer las demandas. Con el cambio de las líneas de producción para fabricar productos que normalmente no se encuentran en la fábrica, la dinámica cambiante de calidad, oferta y demanda se están convirtiendo en impulsores clave de un sistema de calidad que pueda soportar líneas de productos adicionales.


Preguntas para reflexionar

Con muchas fábricas cerradas para evitar la propagación del virus, y algunas empresas reinventándose en lo que hacen y cómo lo hacen, persisten las preguntas a medida que entramos en una nueva normalidad en los negocios y la fabricación.

¿Qué efecto tendrán estos cambios e interrupciones resultantes de COVID-19 en las materias primas, el trabajo en proceso y el aspecto de calidad de las líneas de fabricación? Cuando se reabran las fábricas cerradas, se reinicien las operaciones y se reanuden las actividades regulares, ¿seguirá siendo imprescindible la calidad? Desde la calidad y la resistencia de la cadena de suministro hasta la confianza del cliente, ¿los eventos y desafíos de COVID-19 impulsarán una mayor migración de regreso a la fabricación local y cambiarán nuestros modelos de cadena de suministro?

Existe el viejo adagio de que crear o romper un hábito lleva 30 días consecutivos. ¿Veremos surgir nuevos hábitos y cambiar las preferencias de compra de los clientes o en la forma en que se prestan los servicios? ¿Habrá operaciones remotas adicionales y mayor énfasis en hábitos saludables y distanciamiento social?

Consideraciones de calidad

Desde los planes de recuperación ante desastres hasta la planificación de la continuidad del negocio, ¿cuáles son algunas herramientas de calidad heredadas que se seguirán utilizando en el futuro? Se presentan tres herramientas útiles que pueden tener un efecto positivo en la calidad de las cadenas de suministro.

1.    Costo total de propiedad (TCO).

Tomarse el tiempo para comprender el menor incremento de costo asociado con un bien o servicio, es esencial para comprender los impulsores comerciales.

Muchas organizaciones grandes están en condiciones de enfocarse en el costo más bajo, lo cual es totalmente comprensible. Pero en un mundo posterior a COVID-19, ¿debería factorizarse el costo más bajo contra la estabilidad de la cadena de suministro? Quizás se necesita una nueva ponderación o multiplicador, uno que se aplicaría a la estimación de costo final. Esa ponderación podría llamarse factor de estabilidad. En otras palabras, cuanto mayor es el riesgo, mayor es el factor.

Supongamos que está ejecutando un pedido. Se creó el listado y hay dos proveedores finalistas: uno tiene operaciones y entregables locales, y el otro es de afuera. No es sorprendente que el finalista de afuera tenga el TCO más bajo. Pero como se sugiere, no se detenga allí, aplique un factor para compensar la estabilidad de la cadena de suministro.

En el escenario propuesto, suponga que el proveedor local tiene un multiplicador de uno, lo que significa que en la evaluación ha demostrado que no hay riesgo para la estabilidad del suministro. Esa misma evaluación ha determinado que el multiplicador para el finalista de afuera es dos. En pocas palabras, existe el doble de probabilidades de que el finalista de afuera sufra una interrupción del suministro. Esto, a su vez, se aplica a cada costo. Puede determinarse rápidamente que el aparente precio más alto para el proveedor local es mucho menor que el precio más bajo para el proveedor externo.

Al determinar su TCO, asegúrese de que todos sus costos hayan sido determinados y confirmados . Si su producto es un servicio, asegúrese de que el costo se base en el desempeño histórico, lo que podría llamarse el "real" y no solo el "ideal" o estimado, en el que no existen los problemas del mundo real. La mayor parte de las veces, las organizaciones se olvidan de incluir generadores de costos de baja calidad.

2.    Análisis de Modo Falla Efecto (FMEA).

Hace unos años, un silo de grava se derrumbó en Charlotte, Carolina del Norte. Ese silo de grava se encontraba junto a una nueva vía de tren. Si se hubiera aplicado el FMEA al camino de este tren, alguien podría haber identificado ese silo como un riesgo para la línea de este. Al final resultó que, cuando tuvo lugar el colapso, la grava que caía desplazó varios pies de riel. La línea del tren se cerró, por supuesto, hasta que se completó la reparación con un costo adicional.

La mayoría de los contratos en la cadena de suministro tienen calificaciones de riesgo asociadas. Considere esto: si en cada contrato del proveedor con una calificación de bajo riesgo se requiriese un diagrama de flujo de operaciones, se podrían identificar puntos de falla potenciales. Pasar por este ejercicio brindaría la oportunidad de realizar el FMEA en el diagrama de flujo y el contrato simultáneamente.

3.    Medición del desempeño.

La medición del desempeño asegura la posibilidad de medir los resultados de una fuerza laboral remota. Los efectos en la prestación del servicio deben medirse en el desempeño, no en el recuento de productos. De esa manera, los productos se normalizan con el personal disponible.

En organizaciones menos maduras, puede existir una tendencia a centrarse en los volúmenes, que podrían ser los volúmenes de recursos para el proceso y su volumen de salida de trabajo asociado. Si los gerentes decidieran establecer umbrales basados ​​en volúmenes, por ejemplo, podrían estar preparándose para una serie de reacciones instintivas y tal vez no lógicas, afectando la organización.

Al centrarse en el desempeño, la necesidad de contar con un número de empleados y una producción determinados se reduce en cierta medida, especialmente si la fuerza de trabajo remota tiene acceso a verificar sus indicadores de desempeño a través de los cuadros de mandos (BSC) de la organización. De esta manera, los gerentes pueden revisar rápidamente cómo está progresando el desempeño de su área para tomar medidas inmediatas.

La gerencia debe saber cuándo debe actuar. Si se pueden obtener datos históricos, aproveche los gráficos de control estadístico de proceso (SPC) para proporcionar bandas de alerta cuando el desempeño se ve afectado. Ver Figura 1.
  

FIGURA 1
MEDICIÓN DE MÉTRICAS CRÍTICAS



De manera simple: la banda interna que es más o menos una desviación estándar es la banda verde, donde el proceso tiene óptima capacidad y la operación marcha bien. Si el desempeño está en la banda verde, aun cuando los recursos puedan verse afectados y la producción fluctuar, no es necesario que la gerencia actúe, investigue y se ajuste.

La banda interna es solo el 67% de los datos. ¿Qué pasa con el resto de los datos? los datos separados que se encuentran entre una desviación estándar y tres desviaciones estándar, tanto por encima como por debajo de la media, serían la banda amarilla o de advertencia. El análisis de causa raíz (RCA) no es necesario, pero se establece una alerta.

Por el contrario, cuando el desempeño se encuentre en la banda roja, es decir, los datos de desempeño fluctúan por encima del límite de control superior o por debajo del límite de control inferior, se debe realizar un RCA incluso si el rendimiento está fuera de control en el lado alto (algo bueno); un RCA podría determinar la causa de este mejor desempeño y replicarse por toda la organización. La mayoría de las personas tienden a aplicar RCA al lado negativo de la tabla de control y no a ambos lados.

Los gráficos rangos móviles serían los ideales a aplicar en estos casos. Debe tenerse en cuenta que las organizaciones menos maduras pueden tener datos de desempeño solo en incrementos mensuales. En ese caso, como punto de partida, los datos mensuales se pueden normalizar a días mediante el uso de promedios. Después de que los datos diarios comienzan a registrarse, estos permitirán saber si hay alguna señal para ajustar los límites.

Una nueva normalidad desconocida

A medida que continuamos progresando y recuperándonos de COVID-19, y los desafíos y efectos en las cadenas de suministro que presenta, podemos ver que existen y continuarán existiendo muchas dudas e incertidumbres.

Las empresas deben determinar si sus estrategias a largo plazo seguirán la línea de eslóganes como "Calidad primero" y "Hacerlo bien la primera vez". Sin duda, los profesionales de calidad deben insistir en ello. COVID-19 creará una nueva normalidad aun desconocida. Un aspecto es cierto: la calidad de la cadena de suministro será de importancia crítica, más que nunca.

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